Lo poco que sé del amor comparado con lo que me queda por
aprender lo expreso en estas líneas. No tiene una definición completa y aquel
que consigue definirlo se está equivocando. Toda
palabra se queda corta y no todo sentimiento se compara a ello. No entiende de edad ni de género. Es un
sentimiento que si lo buscas no lo encuentras, que él te encuentra a ti.
Incluso hay tipos. Puede ser celoso, sincero, mentiroso, infiel, o de los que
no te puedes creer. Pero solo habrá uno que valdrá la pena; el verdadero. Tal
vez nunca te des cuenta de cuál es, porque pase a tu lado y estés haciendo
cualquier cosa que ni siquiera será productiva, o te des cuenta al momento. Esa
persona con la que compartes dicho sentimiento algún día tendrás ganas de
quererla y otras veces ni de mirarla a la cara. Incluso otras veces podréis pasar
días enteros sin veros y desear fundiros en un beso que tanto echáis de menos. Pero,
no te engañes, el amor esta para eso. Para odiarse y encontrar la manera de
reconciliarse. Qué más da la distancia o lo que pasé entre vosotros si siempre
hallareis la manera de volver a uniros.
Enamorarse es un acto reflejo. Algo que no se puede aprender, ni controlar, como el respirar, algo a lo que verdaderamente acabamos cogiendo miedo. Miedo a que nos mientan, a que nos hagan daño, a que nos sean infieles, a que no nos entendamos, miedo al fracaso incluso, miedo a querer. Y eso es lo que no entienden del amor. El amor no se regala a cualquiera, el amor no tiene límites, es más, para el amor el cielo es el principio y nunca su meta. El amor duele y deja heridas. Y éstas no están para seguir tocándolas sino para que se curen del todo. No tengas miedo, déjate llevar, se sincero y fiel. Son las únicas reglas para poder amar de verdad.
Enamorarse es un acto reflejo. Algo que no se puede aprender, ni controlar, como el respirar, algo a lo que verdaderamente acabamos cogiendo miedo. Miedo a que nos mientan, a que nos hagan daño, a que nos sean infieles, a que no nos entendamos, miedo al fracaso incluso, miedo a querer. Y eso es lo que no entienden del amor. El amor no se regala a cualquiera, el amor no tiene límites, es más, para el amor el cielo es el principio y nunca su meta. El amor duele y deja heridas. Y éstas no están para seguir tocándolas sino para que se curen del todo. No tengas miedo, déjate llevar, se sincero y fiel. Son las únicas reglas para poder amar de verdad.
Cuando el amor te encuentre,
no sabrás ni por donde agarrarlo.