Tienes ante ti lo que un día creaste. ¿Y te extrañas al verme? No sé de que te asombras, pides explicaciones y el único que tiene que dármelas eres tú. Tal vez podrías decirme como fuiste capaz de jugármela tantas veces y me pregunto como fui tan tonta de darte pie a ello. Ahora, cada vez que recuerdo lo ingenua que fui, y lo arisca que soy ahora me entran ganas de reír. Tú eras mi droga favorita, yo tu cigarro innecesario de después.
Yo consumiéndome con esa estúpida relación y,
tú, como era de esperar, consumando con otras.
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