He creído en el amor y lo he defendido hasta el final, hasta este final, hasta mi final. El final donde se acaban las ilusiones, las esperanzas, las añoranzas, la ingenuidad. He hecho creer que el amor es tan verdadero como la existencia de todo ser humano que se sostiene sobre este planeta y, resultará cómico, ahora soy yo la que no cree en él, a la que no hacen cambiar de opinión. Ahora soy yo la que ve sentimientos y ríe ante ellos, a la que no la surgen dudas. Soy la que está segura, sea o no lo correcto, la que nunca dice lo siento por mucho que sufra y la que saca las muecas de una sonrisa ante toda dificultad, sin problema, que mas da, tranquilo no van a desaparecer por poner caras mustias; ¿no crees? Tenlo claro que no te engañen.
Felicidad como principal ley de vida,
¿prometido?
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