Susurro en el oído.

miércoles, 9 de enero de 2013


Lo sé, sé que no me echas de menos, que no añoras ninguno de mis besos y que eres feliz. Lo sé, se nota en todo lo que haces, en como actúas y sé que he tardado tiempo en darme cuenta de que en todo ese tiempo te quise, pero que intente hacer lo imposible para que no se notara. Cuantos “te amo” en una conversación que hacían que se sobrecogiera el corazón y todas las cosas con las que me picabas, y cuando te apoyabas sobre mi pecho, cuando te molestaba que te mordiera la nariz, el labio inferior, la barbilla, el moflete o el cuello. O también recuerdo cuando me ponía cabezota y te quejabas. Cuando me llevabas a “mis tiendas favoritas” y te reías por la cara que ponía. Cuando me dabas la mano, cuando te parabas, me mirabas y me besabas; cuando me querías acompañar a casa y no te dejaba o cuando te llevaba a cualquier lugar y te quejabas porque estabas cansado. Y saber, que el primer día que te conocí en persona fue encantador, supiste empezar con buen pie, haciendo las cosas de una manera perfecta y aunque a veces lo estropeabas siempre sabias arreglarlo con abrazos y sonrisas. Y ahora añoro todo eso, porque tal vez tú eras mi otra mitad, esa que busca la gente para estar complementados. Y volvimos a caer. Caímos en nosotros mismos, volvimos a creer en un nosotros que por mi culpa no duro. Por el miedo a quererte de nuevo, por el miedo a perder, por el miedo a que me traicionaras, por el miedo al amor, por el miedo a confiar, por el miedo a cometer el mismo error. Y fallamos, como era de esperar.
Y me he dado cuenta que han cambiado las tornas, que ahora ya no te necesito tanto como creía. Que soy yo la que te he fallado pero tú hiciste el amor a mis oídos y yo ya no me lo creía como la primera vez.


Tú olvidaste que me decías que me querías
y me diste tiempo suficiente para no necesitarte

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Archivo del blog