Tenemos por costumbre querer a medias por miedo a perdernos, por miedo a perder. Tenemos por costumbre elegir lo que nos puede dar una felicidad duradera. Pero para mí la felicidad es efímera. Por eso nuestra verdadera felicidad la proporciona la persona que verdaderamente queremos independientemente de que sea un engaño. Porque si hablamos de felicidad duradera no hablamos de felicidad, hablamos de ilusión, una ilusión pasajera, con sus idas y venidas.
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