Susurro en el oído.

domingo, 1 de septiembre de 2013

No menciones la frase "Tiempo al tiempo" porque en esos dos segundos las cosas han cambiado.

No existe el límite del tiempo si no necesitas más de un segundo para que las cosas cambien.
Dejé de tener contacto con él y rompí todas sus fotos, todos sus regalos los metí en una bolsa y cuando comprobé que estaba todo encendí el mechero y lo quemé. Por un momento ahí vi reflejada nuestra relación. Al principio tan sumamente viva y ahora tan sumamente hecha añicos, hecha cenizas. Así estaba nuestra relación como cuando un objeto de cristal se rompe. Los trozos en los que el objeto se convierte pueden tener diferentes tamaños y siempre los pequeños son los que se nos olvidan porque creemos que no podremos clavarnosles hasta que nos damos cuenta que las heridas, pequeñas o grandes, una vez abiertas duelen igual e incluso más si las rascas.

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