Susurro en el oído.

martes, 9 de abril de 2013

Nunca busqué otros besos que no fueran los tuyos. 
Nunca busqué otras manos que se enrrederan con mi pelo.
Nunca busqué el calor de otros labios.
Nunca busqué otros abrazos que me protegieran del frío del invierno.
Nunca busqué otros ojos que me miraron con ternura, con dulzura, con amor.
Nunca busqué otros defectos que convertir en virtudes.
Nunca busqué otra persona que no fueras tú.
Antes era un 'nunca otro' ; solo tú.Ahora eres un mísero recuerdo en mi cabeza, tal vez bonito. Bueno bonito, fue bonito mientras duró o mientras no fue duro. Fui tu juguete, tus ganas de reírte de alguien por el daño que te hicieron. Mientras tú ibas y venías y a mí me gustabas más y más. Pero la mayoría de la gente, en ocasiones puntuales actuamos así. Todo aquello que consideramos nuestro en un momento dado no lo queremos y verdaderamente lo tenemos cuando lo hemos perdido; ya sea la persona o el recuerdo. ¿Recuerdos? ¿Dónde guardamos tantos recuerdos? ¿Cómo pueden atormentar etapas de nuestra vida de una manera tan simple? Porque siempre que vamos con prisa sucede una rápida ráfaga de imágenes atormentadoras en nuestra mente.
Ahora que no me tienes, me buscas, entra la soledad que allanas por pisar con dolor. Y,  conviertes la dulzura de alguien en dolor para otros. Eres miserable.


Vuelves a las andadas;
yo pensando que venías a reconstruir lo nuestro 
y tú pensando como volver para después irte.

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