Ignorancia de creer en el amor eterno, en los 'para siempre' que nunca se cumplen, en que el destino está escrito, en eso que dicen de que si algo sale mal, para que se arregle sonríe. Malditas mentiras infantiles que nos hacen soñar, volar y querer crecer para llegar a lo más alto de esta cima y querer descender y ya no poder. Aquí estamos, en lo más alto, con las alas cortadas de tanto creer, gastadas de tanto volar, rotas de tanto sufrir.
Luego están los cuentos que nos hacen creer que el amor es bonito, ¿quieres mi opinión? 'Bonito mientras duró' dicen, yo prefiero decir 'Bonito mientras no fue duro'.
Y, dime, dónde van esos príncipes tan elegantes en caballo teñidos de azul, más rana que príncipe, denominados caballeros a los que yo prefiero llamar hombres especialistas en llenarte de ilusión; para que luego todo acabe en nada o mejor dicho en rana.
Que esto es la realidad y, una vez que creces
no intentes ser Peter Pan.
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