Nunca estuvieron destinados a estar juntos, es más, nunca pasaron más de una noche juntos. Siempre hacían el amor, nunca echaban un polvo pero después de estos, ambos quedaban echos polvos. Y no lo entiendo. Sentían los cosquilleos y los voleteos de unas mariposas en el estómagos que ni siquiera sabemos si son verdad, que ni siquiera tenemos idea que es esa sensación que se nos pone en el estómago cada vez que lo vemos, cada vez que lo sentimos, cada vez que mencionamos la palabra 'amor'. Tal vez sea por ilusión, por decepción o por miedo, quien sabe. Pero en ese orden, podríamos definir las "fases del amor". Siempre, hay alguien que nos llena de una manera diferente a los demás y con diferencia, que nos hace sonreír con cualquier tontería incluso la mayor gilipollez y que es capaz de alegrarnos el día tan solo con una abrazo y nos ilusionamos, pero después de todo eso vienen las decepciones o las queridas desilusiones que nos atormentan, las discusiones que acabamos con un "Adiós" o un "Hasta nunca". Y a veces nos acabamos arrepintiendo y es por eso por lo que cogemos miedo al amor, por miedo a fallar, pero la única manera en la que podemos disfrutar del amor sera dejándonos llevar. Y todo esto es un circulo o mejor dicho triangulo vicioso que se repite constantemente.
Nunca he entendido al amor, probablemente esto vaya de eso
de hoy estar arriba y mañana abajo y así sucesivamente.
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