Susurro en el oído.

jueves, 21 de marzo de 2013

No eran más que dos jóvenes ilusionados, sintiendo lo que algunos llaman amor pero otros deciden no etiquetarlo, tal vez por miedo, por instinto, por instantes. 
¿Yo? Yo ya no sé si sería capaz de decir qué es el amor, sé que no tiene definición o que ninguna estará completa pero dime, ¿eso de las subidas y bajadas, de hoy sí pero mañana no y pasado a lo mejor? Esas horas hasta la madrugada en días nostálgicos que no te los quita nadie pero te quitan el sueño, dime, ¿acaso tú lo entiendes? O mejor, ¿tú eres digno de explicarlo? 
El amor se experimenta, se siente, pero no se busca, llega solo, como la magia de toda relación. Me pregunto, que si de verdad existe Cupido, si acaso él ha sido capaz de experimentar que es el amor. Me pregunto si él se habrá lanzado una flecha a si mismo para saber a que enfrenta a cada ser. 
El amor duele, y nada lo cambia. Amar al fin y al cabo no nos saldrá barato.

Pero cuando estamos ciegos de amor, 
ni tú, ni yo, ni el resto del  mundo 
se frena por el miedo.

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