Puede o no parecerte bonita, supongo que eso ya depende de gustos. Pero podría hacerte cambiar de opinión.
Me he recorrido esa calle de arriba a abajo de su mano, de la mano de las mejores e incluso he gritado sin miedo a que la gente se diera la vuelta y me mirara con mala cara. He gritado en medio de la carretera de esa calle ¡QUE VIVA EL AMOR! sin miedo a que un coche me atropellara o bajara la ventanilla y me gritaran y juzgaran como a una loca. Ella es inmensamente bonita e inmensamente grande. Tiene una cierta belleza que desde abajo no se aprecia. Pero dime, ¿alguna vez has mirado a Gran Vía desde arriba? Es impresionante. Me he quedado sin palabras cuando la he visto y ni siquiera soy capaz de describirlo. Me he apoyado en el muro de una azotea y he mirado hacia abajo y hacia todos los lados posibles y he visto personas diminutas, una ciudad jodidamente indescriptible; jodidamente bella, pero me he quedado quieta un instante, admirándolo y me he dado cuenta que he dejado de pensar hasta que llego él y me abrazo por detrás rodeando con sus brazos mi cuello. He visto luces a lo lejos y he dudado si todo lo que veía era Madrid.
Ahora que piso Gran Vía, ahora que te he visto desde arriba y he visto la belleza que guardas y que ha pocos muestras, me dan escalofríos si te piso y no pienso en lo bonita que estas cada día.
Amor por Madrid, por siempre. Esta bella ciudad es tan suya que no es capaz de echar de menos a nadie, cuando ella es necesitada y deseasa en la milésima de segundo en la que dejas de estar en esta ciudad.
Susurro en el oído.
jueves, 18 de julio de 2013
Tan bonita como siempre pero como ninguna
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