Susurro en el oído.

jueves, 18 de julio de 2013

Tan bonita como siempre pero como ninguna

Puede o no parecerte bonita, supongo que eso ya depende de gustos. Pero podría hacerte cambiar de opinión.
Me he recorrido esa calle de arriba a abajo de su mano, de la mano de las mejores e incluso he gritado sin miedo a que la gente se diera la vuelta y me mirara con mala cara. He gritado en medio de la carretera de esa calle ¡QUE VIVA EL AMOR! sin miedo a que un coche me atropellara o bajara la ventanilla y me gritaran y juzgaran como a una loca. Ella es inmensamente bonita e inmensamente grande. Tiene una cierta belleza que desde abajo no se aprecia. Pero dime, ¿alguna vez has mirado a Gran Vía desde arriba? Es impresionante. Me he quedado sin palabras cuando la he visto y ni siquiera soy capaz de describirlo. Me he apoyado en el muro de una azotea y he mirado hacia abajo y hacia todos los lados posibles y he visto personas diminutas, una ciudad jodidamente indescriptible; jodidamente bella, pero me he quedado quieta un instante, admirándolo y me he dado cuenta que he dejado de pensar hasta que llego él y me abrazo por detrás rodeando con sus brazos mi cuello. He visto luces a lo lejos y he dudado si todo lo que veía era Madrid.
Ahora que piso Gran Vía, ahora que te he visto desde arriba y he visto la belleza que guardas y que ha pocos muestras, me dan escalofríos si te piso y no pienso en lo bonita que estas cada día.
Amor por Madrid, por siempre. Esta bella ciudad es tan suya que no es capaz de echar de menos a nadie, cuando ella es necesitada y deseasa en la milésima de segundo en la que dejas de estar en esta ciudad.

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