Susurro en el oído.

jueves, 4 de julio de 2013

A.

En la mayor penumbra que la imaginación humana puede visualizar,
yacen mis sentidos atrapados en una urna de cristal.

No necesito la vista

si aquello que veo no eres tú, 
tu rostro y las tardes en el parque, 
los paseos por la playa cuando jurabas amarme.
No necesito el oído
si no es para escuchar las palabras que pronuncias,
aquellas en las que susurras mi nombre,
aquellas palabras en las cuales me hablas de una vida contigo,
una en la que no existan los problemas y solo estamos TÚ y YO.
No necesito el gusto
si no es para probar el dulce sabor que emana de tus labios.
No necesito el olfato 
si no es para oler tu aroma
ese que me hace recordar muchos momentos ya pasados,
ese que recuerdo cada día al levantarme 
y por la noche antes de acostarme,
ese con el que sueño con poder volver a oler,
y no recordarlo con vagos recuerdos de un profundo subconsciente.
Porque sin ti,
yo no soy persona.
Porque sin ti no necesito nada, 
porque todo aquello que necesito eres tú.


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