Tú felicidad me importa mucho,
probablemente más de lo que crees
dime, ¿como no va a importarme
si sabías perfectamente que perdía
el culo por verte sonreír?
Me gusta que esa sonrisa la produzca yo,
a medias de un besos,
en pleno mordisco
o en tonterías.
Un segundo para decir adiós;
tres noches para olvidarlo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario