Te elegí a ti por tus manías.
Te elegí a ti por esas sonrisas tontas que me sacas.
Te elegí a ti por como eres.
Te elegí a ti por la persona que yo era cuando estaba a tu lado.
Te elegí a ti porque lo que siento en el roce de tus labios junto a los míos no lo consigue cualquiera.
Te elegí a ti porque conseguiste hacer de mí alguien diferente.
Te elegí a ti porque quería despertares a tu lado junto a un: ¡Buenos días, dormilona!
Te elegí a ti por los besos.
Te elegí a ti porque no existía ninguna pérdida más agradable que la de estar a tu lado.
Te elegí a ti porque me enseñaste a buscar los caminos que siempre llevaban a la felicidad.
Te elegí a ti porque fuiste lo suficientemente importante como para dejarte de lado.
Te elegí a ti por lo que quería vivir junto a ti.
Te elegí a ti por lo poco que resumo en estas líneas y lo mucho que me queda por contarte
Y tú, ¿por qué me elegiste a mí?
Y ahora que estas las cosas duelen a la mitad,
cuando no estés dolerán el doble.
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