Se que es una osadía decirte esto pero te echo de menos. Nos conocemos y guardo todos nuestros recuerdos en mi memoria como que fuera mi película preferida; por eso vengo a contártelo.Debería empezar por el principio pero opto por saltármelo que me enrollo y luego nunca acabo.
No sé en que momento, ni dónde, empezaste a importarme tanto que todo lo que hacía contigo por muy aburrido que fuera tenía su parte de emoción. Mentiría si dijese que no recuerdo nuestro primer beso, me sentiría tonta si lo olvidará. Me gustó. Fue bonito, en la Gran Vía, con sus coches pasando, las motos acelerando, los taxistas pitando y el asfalto rugiendo. Las horas contigo no se comparaban a las que podía pasar con nadie. El tiempo cuando estábamos juntos corría mucho más deprisa y yo siempre quería que se parase. Creía imposible conseguir perder a alguien por Madrid y que consiguiera perderme pero ya me he dado cuenta que los imposibles no existen que tan solo son improbabilidades que a veces se cumplen. Lo mejor de perdernos por Madrid era que yo conseguía perderme en tu mirada y tú, yo no sé si te perdías conmigo. Esos besos dulces que me dabas y esos abrazos que me refugiaban del frío de Madrid. Dime dónde puedo conseguir eso otra vez de nuevo que quiero volver a sentir la dulzura de unos labios y no el frío del invierno. Dónde se quedaron tus manos traviesas, juguetonas que me cogían por los aires, que me acurrucaban en tus brazos y que se juntaban con las mías por las calles de Madrid. Y ahora me desgasto en este recuerdo, me quema el cuerpo por dentro y Madrid me hace cada vez más pequeña. Tú que me vacías y me llenas constantemente ahora me vacías más que nunca. Supongo que todo pasará... que algún día te veré como un recuerdo más, como alguien importante en mi vida, más importante de lo que crees pitufín. ¿Recuerdas cuando entraste en uno de mis rincones favoritos dónde escribir es algo tan sumamente relajante que parece que no existo? Y, ¿recuerdas cuando entre carcajada y carcajada pediste un recuerdo de los dos en este blog? Yo lo prometí y aunque sé que no lo vas a ver o que ni siquiera pararas a ver que escribo, aquí tienes tú momento, en el que dejo el orgullo a un lado y mi maldita frialdad para escribirte a ti. Te prometí que siempre sonreiría o que buscaría la felicidad, en verdad la había encontrado; eras tú. Pero ahora que no estas prometo buscarla e intentar ser feliz y tú nunca desistas en ello. Y aunque en todo este tiempo no te lo dije...
te quise.
No volveré a cometer los mismos errores,
ni en la Gran Vía, ni en tus labios.
No hay comentarios:
Publicar un comentario