Aquí y ahora. Te vi y me ruboricé. Me escandalicé entre esas sábanas desgastadas por el paso del tiempo. No sé que estábamos haciendo. Supongo que revivir viejos recuerdos ¿no? Él quiere intentarlo pero ¿yo? Yo ya no sabía lo que quería. Supongo que lo único que quería es que todo volviera a ser como antes, como esa canción que no se acaba; como esa canción que nunca me canso de escuchar. Sigo intentándolo. No me importa. Me mira, me sonríe y me dedica un piropo que al salir de sus labios siempre suena mejor que de la boca de otros que no conoces cuando te los dedican por la calle. Supongo o doy por hecho que estoy harta de eso. De piropos de discoteca y acabar en el baño con cualquiera .Él me hacía sentir bien. Nos entendíamos perfectamente pero algo debía fallar. Tengo por costumbre predecir que cuando las cosas van viento en popa viene la marea y se hunde el barco. Yo y mi manía de ser negativa o mi manía de ser negativa y yo. La verdad es que ya no sé si me queda amor propio de tanto quererte. Supongo que esto es así. Dejo de quererme un poquito para dedicártelo a ti. Pero también supongo que si tú no me quieres es porque no dejas de lado el amor propio que te tienes a ti mismo. Que eres tú, tú, tú y otra vez tú. Que por perder un poco de amor propio no va a pasar nada, nadie te va a comer ni siquiera yo te voy a dejar. Que me quieras un poco más y menos a ti.
Pero...¿qué a quien vas a querer tú si en la vida has querido? Si siempre has sido de idas y venidas, de besos entre copas y botellas, de acabar en una esquina con cualquiera, si regalas flores a todas incluso a todas las miras con esos que estremecen a cualquiera. Mírate y mírame. Me llamas bonita mientras me quitas la ropa y yo sonríe. Dime a cuántas mas se lo dices y ellas tan tontas como yo sonríen.
No hay comentarios:
Publicar un comentario