Susurro en el oído.

lunes, 27 de mayo de 2013

No había nadie que los parara y ni siquiera ellos querían parar.

"Un día cualquiera en un lugar fuera de lo normal de Madrid, un chico intentaba encender un cigarrillo. Esperaba a sus amigo, pero de repente, una chica que iba corriendo por esa misma calle se chocó con él y esta cayó al suelo. La chica comenzó a mirar con malas caras al chico que la había tirado, quién era él para ni siquiera pedirla perdón, pero al final este se dio la vuelta y la ofreció su mano para ayudarla a levantarse. Esta la rechazó con despreció y recogiendo sus cosas comenzó a andar. Pero no podía. ¿Se había trabado con algo? No. El chico agarraba la mano de la chica puesto que no quería que se fuera. Ella empezó a chillarle. Comenzaron a ser el centro de atención, pues todo el mundo se había dado la vuelta para mirarles  hasta que de repente él la besó.Salieron corriendo cogidos de la mano para llegar a la casa de este. Recorrieron las Gran Vía de abajo a arriba, pasaron por Cibeles, incluso recorrieron calzadas sin semáforos y sin mirar atrás. Las viejecitas criticaban esa actuación tan liberal hasta que de repente se encontraron con los amigos de este. Ellos se quedaron mirándoles sorprendidos. La pareja paró y esté les dijo que no le esperaran, que les llamaría. Retornó sus manos así como las calles que recorrían y la cintura por la que se perdía hasta que llegaron a su casa. Estaban sudando y ella le pidió permiso para meterse a la ducha; este acepto. Tres minutos más tardes de que esta entrara en la ducha, él entraba en su cuarto de baño y comenzó a desnudarse. Abrió la mampara y ella comenzó a gritar. Pero como osaba un desconocido a espiarla en la ducha. Comenzó a pegarle pero su dulzura le ganó el pulso a la vergüenza, al dolor, al rencor. Comenzaron a besarse mientras el agua corría por su piel. La cogió en sus brazos mientras que sus piernas se enredaban por su cintura. Los dedos de este comenzaron a penetrarla sin miedo a nada. Sus respiraciones eran agitadas y fuertes. Se apoyaron contra la pared y es ahí cuando los dedos dejaron de tocarla y comenzó a penetrarla de verdad. Ella sentía miedo. Literalmente se estaba follando a un desconocido. Pero tenía ganas, estaba disfrutando; la verdad sentía curiosidad por ese chico tan diferente pero tan igual a los demás. Ella gemía y él se mordía el labio mientras ella le agarraba fuertemente el pelo. Fueron a su cama y siguieron haciéndolo no había nadie que los parara y ni siquiera ellos querían parar."
Mientras lo cantaba, ella derramaba lágrimas desconsoladamente pero ninguna de sus amigas era capa de abrazarla porque sabían como era. Arisca, fría y que por mucho que quisiera un abrazo podría rechazarlo por eso la siguieron escuchando. 
"Ella siguió quedando con este chico tan enigmático; ese chico desconocido que cada vez conocía más, que cada vez era más cómplice y creador de todas y cada una de las sonrisas en las que ella estallaba. Pero de un día para otro el desapareció. La dejó ahí sin nada y a la vez con tantos recuerdos que borrar.
Hace una semana recibió una llamada. Era él. La había pedido por favor que se volviera a ver. El la necesitaba o eso decía. Ella le seguía queriendo o tal vez eso creía y por eso ella aceptó.  Al verle, sus ojos brillaron tal vez de alegría o también puede que fueran lágrimas acumuladas que necesitaba derramar. Le abrazó con ganas. Joder, le echaba de menos. Como podía haberle dado alguien tanto en tan poco tiempo. Él la explicó lo sucedido y la pidió perdón. Al parecer su madre había enfermado por eso tantas prisas y tan pocas despedidas.  Pero al día siguiente recibió una llamadas de una desconocida que le pedía cita para poder hablar con ella. Esa persona necesitaba verla y decía que era importante que todo lo que tenía que contarle le convenía saberlo. Aceptó. Se encontró con una mujer alta, morena, delgada y bastante guapa. Del bolso de esta sacó un sobre del que sacó unas fotos y se las mostró. joder era su novio acostándose con otra mujer y..esa mujer era la chica que tenía enfrente. Impotencia, rabia, dolor. Al ver al chico que tanto la había mentido solo le dijo:
Eres un cabrón, joder. Confió en ti, te doy otra oportunidad tan solo porque te quiero porque nunca te has merecido otra oportunidad ¿te queda claro?He pensado demasiado en ti durante todo este tiempo y es la hora de que te sea sincera porque sé que esto duele, porque se que ya no estoy contigo porque ahora estoy contra ti; porque esto ahora te lo mereces. Lo siento, tal vez espera de mí un ¡que te vaya bien! pero siento ser tan egoísta espero que una tía sea tan cabrona contigo como tú conmigo.Y ahora saca las lágrimas de cocodrilo que se que se te dan bien.


Él cambió a su reina por una puta y
ahora lo único que encuentra es desorden entre miles de cinturas
mientras antes encontraba el camino tan solo por unas curvas.




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