Estoy en el filo de la cuerda floja pensando si tirarme y caer en tu pecho o caer al vacío para perderme. Me quedo. Alquílame la habitación que está a tu izquierda en ese cuerpo que me hace sentir protegida; llámalo como quieras, yo lo llamo alma.
Estoy pendida del piano de tus cosquillas intentando tocar la mejor melodía cada vez que te hago reír (y, creo que, deberías sacar un nuevo disco) Ojalá te escucharan reír cada vez que esa risa de niño ilusionado (como cuando le regalan un juguete nuevo a un pequeño niño, se divierte con él y se convierte en su juguete preferido) se percibe cada vez que sale de tu boca.
Vete donde quieras sé que volverás. Sé que nadie sabrá hacer de tu lunar, ese que se encuentra en medio de tu espalda, el centro de su universo. Sé que nadie girará en torno a ti tal y como yo lo hago o como los planetas al Sol . Sé que me llamarás. Lo incierto sería que tu hicieras algo sin mí; pero la verdad es que yo igual; es recíproco.
Cada vez que giras la esquina un escalofrío recorre mi cuerpo por si no te vuelvo a ver pero lo cierto es que vuelves corriendo y me besas. Que vicio tengo de mirarte y no dejar de hacerlo.
Gema Fernández